miércoles, 27 de noviembre de 2013

LOS BARBAROS Y EL FEUDALISMO


LOS BÁRBAROS


Bárbaro es un exónimo peyorativo que procede del griego y su traducción literal es "el que balbucea". Aunque los griegos empleaban el término para referirse a personas extranjeras, que no hablaban el griego y cuya lengua extranjera sonaba a sus oídos como un balbuceo incompresible u onomatopeya (bar-bar- similar a bla-bla-). En este sentido el término es similar al exónimo peyorativo popoluca (de pol-pol-) que los mexicas dieron a otros pueblos vecinos que consideraban inferiores. Existen escritos, como los de Isócrates, que demuestran una apertura de este pueblo para concebir a los bárbaros no como "extranjeros", sino como individuos que carecían de educación, independientemente de su lugar de nacimiento. Más adelante la etnología y antropología tradicionales, con una terminología ya desfasada y una eurocéntrica visión de las sociedades primitivas, denominó barbarie a un estadio de evolución cultural de las sociedades humanas, intermedio entre el de salvajismo y de civilización.
A pesar que durante mucho tiempo se consideraba como bárbara tan sólo la civilización de los otros y así -por contraposición- legitimar y ensalzar la civilización propia, pensadores críticos modernos como Walter Benjamin han destacado que toda civilización o cultura enraiza en algún tipo de barbarie propia y no ajena.


EL FEUDALISMO


Feudalismo es la denominación del sistema político predominante en la Europa occidental de los siglos centrales de la Edad Media(entre los siglos IX al XV, aunque no hay acuerdo entre los historiadores sobre su comienzo y su duración, y ésta varía según la región)1 , y en la Europa Oriental durante la Edad Moderna, caracterizado por la descentralización del poder político; al basarse en la difusión del poder desde la cúspide (donde en teoría se encontraban el emperador o los reyes) hacia la base donde el poder local se ejercía de forma efectiva con gran autonomía o independencia por una aristocracia, llamada nobleza, cuyos títulos derivaban de gobernadores deImperio carolingio (duquesmarquesescondes) o tenían otro origen (baronescaballeros, etc.).
El término «feudalismo» también se utiliza historiográficamente para denominar las formaciones sociales históricas caracterizadas por el modo de producción que el materialismo histórico (la historiografía marxista) denomina feudal.
Como formación económico-social, el feudalismo se inició en la Antigüedad tardía con la transición del modo de producción esclavistaal feudal; a partir de la crisis del siglo III y sobre todo con la disolución del Imperio romano de Occidente (siglo V) y la formación de losreinos germánicos y el Imperio carolingio.


PALESTINA A COMIENZOS DE LA ERA CRISTIANA

Los cristianos palestinos son los palestinos cuya religión es alguna denominación cristiana. Representan cerca del 10% de la población de Palestina. En los territorios ocupados de Cisjordania y de la Franja de Gaza están en el 2,4 y el 1,1 % respectivamente. Y en el Estado de Israel llegan al 2%. La mayoría se considera cristiano árabe. Otros mencionan sus raíces históricas arameassiríacasgriegasbizantinas y romanas.

Buena parte de la zona de Israel, los Territorios Palestinos y Jordania es considerada Tierra Santa por los cristianos; por ejemplo, ciudades de tanto valor como Belén o Nazaret se encuentran en Cisjordania y en Israel.


El judaísmo y el cristianismo son dos religiones abrahámicas y monoteístas, con varios puntos en común y también con marcadas diferencias, tanto en la teología como en la práctica.
Cada religión tiene su propio ethos y sus fundamentos. Y no existe ninguna religión que sea completamente monolítica. En cada una de ellas existen valiosas expresiones individuales de diálogo interreligioso establecido por los creyentes.
En el cristianismo, a partir del siglo IV, varios sínodos fueron elaborando listas de escritos sagrados que fijaban un canon del Antiguo Testamento de entre 46 y 54 distintos documentos y un canon del Nuevo Testamento de 20 a 27, siendo este último el utilizado hasta el día de hoy; el cual fue definido finalmente en el Concilio de Hipona en el año 393. Sin embargo, esta lista definitiva de 27 libros no fue legitimada por ningún Concilio ecuménico sino hasta el Concilio de Trento (1545-63).
Junto con el aporte grecorromano, aquello que puede denominarse judeocristianismo constituye uno de los pilares fundamentales de la civilización occidental así como también un notable factor en la formación del concepto "Europa" como entidad política, económica y cultural.
Se ha debatido la posibilidad de incluirlo textualmente durante la redacción del proyecto de la Constitución Europea. Pero hay quienes no comparten —incluso si empleada sólo eventualmente— la unión de los términos "judaísmo" y "cristianismo" en una sola palabra. Ello se debe a sus numerosos prejuicios que son la resultante de siglos de desconocimiento mutuo y subsecuentes desencuentros.
Con todo, existen también personas de ambos grupos que reconocen la importancia de establecer un diálogo interreligioso que resulte provechoso para ambas partes y dé lugar a unas acciones humanitarias basadas en la cooperación y el respeto mutuo. Existen algunas preexistencias visuales que sugieren la necesidad de un reencuentro entre cristianos y judíos


LA VIDA Y OBRA DE JESUS
Jesús de Nazaret, también conocido como JesúsCristo o Jesucristo, es la figura central del cristianismo y una de las figuras más influyentes de la cultura occidental. Para la mayoría de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación de Dios mismo. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que con su muerte y posterior resurrección― redimióal género humano. El judaísmo niega su divinidad, que es incompatible con su concepción de Dios. En el islam, donde se lo conoce como Isa, es considerado uno de los profetas más importantes.
Según la opinión mayoritariamente aceptada en medios académicos, basada en una lectura crítica de los textos sobre su figura,1 Jesús de Nazaret fue un predicador judío2 que vivió a comienzos del siglo I en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalénen torno al año 30, bajo el gobierno de Poncio Pilato.
Lo que se conoce de Jesús depende en buena parte de la tradición cristiana,3 especialmente de la utilizada para la composición de losEvangelios sinópticos, redactados, según opinión mayoritaria, unos 30 o 40 años, como mínimo, después de su muerte. La mayoría de los estudiosos considera que mediante el estudio de los evangelios es posible reconstruir tradiciones que se remontan a contemporáneos de Jesús, aunque existen grandes discrepancias entre los investigadores en cuanto a los métodos de análisis de los textos y las conclusiones que de ellos pueden extraerse. Existe una minoría que niega la existencia histórica de Jesús de Nazaret